En estos ensamblajes utilizo objetos de la vida doméstica.
Platillos y pocillos de café, de té, tapitas de azucareros, cucharas....
Los desarmo, los corto y los vuelvo a componer, jugando con el absurdo, sacándolos de contexto, renovándolos...
Si hay una intención, ésta es inconsciente;
Creo que las obras deben hablar por sí mismas.
Y al hacerlo decir algo sobre quien las hizo...
Uno hace por el placer de hacer,
De alguna manera cada obra es un desafío
y al resolverlos
encontramos satisfacción...
En definitiva se trata de un juego.
con uno mismo,
con el otro...
Y así tenemos en este proceso creativo
"una excusa" para seguir
jugando...